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Los molinos harineros

Si se atraviesa el puente Sebbanine y se remonta el río en dirección al manantial de Ras al Maa, podemos ver aun algunos molinos (Rha), cinco en concreto, que eran movidos por la fuerza del agua. Estos molinos, obras hidráulicas tradicionales, confieren al lugar su incomparable carácter pintoresco y son ya elementos imprescindibles del paisaje de las dos márgenes del río. En la actualidad, alguno de estos molinos sigue en funcionamiento, entre ellos el de Rha ben Malek.

Los molinos de Chauen, cuyo origen se remonta varios siglos atrás, están construidos en piedra (es la industria que se desarrolla en los douars –aldeas– de Tissouka, Magou, El Kalaa y Tissemlal), con techos de madera cubiertos de tejas. El espacio acondicionado en el interior forma una habitación destinada al almacenamiento y una antecámara que alberga el mecanismo de la rueda, que se dedica a la molienda del cereal, sobre todo trigo. Una corriente de agua de gran caudal pasa por debajo de esta habitación y pone en marcha el mecanismo de engranaje de la rueda. Para ello, se explotaba el curso del agua que desciende por el río Ras El Maa, y que atravesaba las tierras bajas de la ciudad hasta Kaä Dchar.

Estos molinos de pequeñas dimensiones estaban compuestos por una piedra tallada en forma cilíndrica, plana y consistente, que servía de base, y una segunda piedra móvil superpuesta a ésta, que está fijada por un eje a la parte inferior del molino que gira con la fuerza del agua. De esta forma, tenemos una piedra que gira sobre una superficie fija gracias al impulso del agua. Por este agujero central entra el cereal para ser molido. Para detenerla, basta con cambiar el curso del agua, y para que funcione de nuevo, sólo hay que volver a la situación anterior. Esta operación requiere una buena comprensión del mecanismo.

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